Los cerramientos herméticos son unas estructuras que han sido diseñadas para generar un espacio de aislamiento. Normalmente, se suelen usar en las viviendas para preservar la temperatura y evitar que el frío el calor del exterior supongan un problema. Aunque no solo evitan el paso de la temperatura externa, sino también gases, olores o ruidos. Son muy interesantes de cara a mantener tu hogar o negocio protegido del exterior, así que hoy te lo vamos a contar todo sobre ellos.
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Qué es un cerramiento hermético
Comencemos con lo más básico, y es el concepto en sí de cerramiento hermético. Cuando hablamos de este término, nos estamos refiriendo a una construcción, normalmente de cristal, que aísla de forma tanto térmica como acústica una vivienda. Suelen tener un perfil bastante grueso, para así ofrecer una mayor resistencia al exterior, y este suele ser de aluminio.
Se suelen instalar en terrazas, balcones o incluso en jardines, y los motivos son variados. Si bien es cierto que todos disfrutamos de tener espacios abiertos en nuestros hogares, donde poder estar al aire libre, hay ocasiones en las que necesitamos más espacio útil en nuestra vivienda. O consideramos que, por las condiciones meteorológicas del lugar en el que vivimos, no merece la pena tener espacio al aire libre. Quizá porque llueve mucho, o porque hace calor, o incluso es el frío lo que nos hace no aprovechar esa terraza. En esos casos, la mejor alternativa es hacer un cerramiento hermético.
La peculiaridad de estos cerramientos herméticos es que te protegerán totalmente de la temperatura exterior, sobre todo del frío. Y la lluvia jamás será un problema, sobre todo si el cerramiento se hace con materiales de calidad y el resultado es el esperado. Además, tiene una ventaja añadida, y es que te aislará por completo del ruido. Eso lo convierte en una opción perfecta también para quien viva en medio de la ciudad y quiera hacer de su terraza un oasis de paz.
Tipos de cerramientos herméticos
Si te estás planteando hacer un cerramiento en tu vivienda, lo primero que debes saber es que hay diferentes tipos. Algunos te permitirán abrirlos, mientras que hay otros que quedarán completamente cerrados; además, la forma y el mecanismo puede variar. Así que lo primero que debes hacer es conocer los tipos para ver cuál se ajusta mejor a tus necesidades.
- Cerramientos plegables: estos son los más conocidos y los más usados, puesto que funcionan como si de una ventana se tratara. Esto es una alternativa ideal para quienes quieren poder abrir cómodamente y dejar pasar el aire cuando les apetezca. Además, las ventanas se pliegan sobre sí mismas, sin ocupar absolutamente nada de espacio. Eso sí, siempre quedará una hoja cerrada, donde se acumularán todos los cristales.
- Cerramientos de cristal: estos se parecen más a cortinas que a ventanas, de ahí que se conozcan también como cortinas de cristal. La peculiaridad es que no hay ningún perfil entre los cristales, con lo cual no corta la vista en ningún momento. Son los más recomendados si te gusta lo que se ve desde tu terraza o balcón y no te quieres perder nada. No te preocupes, porque podrás elegir que sea fijos o móviles, dependiendo de lo que más te interese en cada momento. En el caso de ser móviles, podrás abrirlas por completo siempre que lo desees. Además, son perfectas si tienes una terraza curva, porque encajarán bastante bien.
- Cerramientos deslizables: son una especie de híbrido entre los dos que acabamos de mencionar. A nivel estético, son casi como las cortinas de cristal, pero con la particularidad de que se abran deslizándose, como si de una ventana se tratara. Para abrirlo, basta con deslizar a través de la vía. En este caso, sí que cuenta con perfiles integrados, con lo cual podrás abrirlo por partes.
- Puertas correderas hechas de cristal: es lo más habitual cuando tenemos un espacio abierto al otro lado, como una terraza o un jardín. Lo que consigues es mantener la estancia interior bien protegida, tanto del frío como del ruido. Además, permites el paso de luz sin problema.
- Cerramientos plegables: funcionan casi como los primeros que hemos señalado, pero con la diferencia de que se pliegan en lugar de deslizarse. Al abrirlo del todo, te permite optimizar al máximo el espacio, mucho más que las ventanas tradicionales.
- Cerramientos de Polímeros y Vidrios Especiales: incluyen materiales avanzados como el vidrio de baja emisividad (Low-E) y polímeros con altas propiedades de aislamiento, que pueden sellarse herméticamente y ofrecer un rendimiento superior en términos de aislamiento térmico y acústico.
Como curiosidad extra, debes saber que estos cerramientos de los que hablamos sirven para cerrar espacios, pero que las ventanas también pueden servirse del mismo tipo de materiales. De esta manera, consiguen que el aislamiento de tus estancias también sea superior, y no solo de tu terraza. Si tu vivienda es muy ruidosa, o sufres mucho con la bajas temperaturas, instalar este tipo de ventanas es una idea que debes tener en mente.
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Beneficios
Son muchas las ventajas que estos cerramientos herméticos traen consigo, quizá incluso más de las que puedas ver a simple vista.
- Te permite optimizar al máximo tu vivienda, sacándole mucha más utilidad a espacios que quizá antes no usarás con tanta asiduidad.
- Asimismo, te mantiene protegido del exterior. Y no hablamos solo de las temperaturas o del frío, sino también de cualquier posible atacante, que encontrará una barrera que antes no había.
- Junto a todo esto, no debemos olvidar que contribuyen a generar una mayor eficiencia energética. Tendrás que consumir mucha menos energía para mantener tu vivienda a una buena temperatura, y esto es algo que notarás tanto a corto como a largo plazo.
- Para aquellos que vivan en ciudades muy ruidosas, supondrá un antes y un después. Porque estos cerramientos permiten también el aislamiento acústico, con la paz que este trae consigo.
Aplicaciones de los cerramientos herméticos
Estos cerramientos son muy comunes en la construcción de viviendas, tanto en ventanas como en puertas. Y, por supuesto, a la hora de cerrar por completo una terraza o un balcón, e incluso un jardín. Pero no se limitan únicamente a este uso, puesto que también los podrás ver en la industria. Para evitar fugas de sustancias, o filtraciones, o incluso para mantener salas enteras estériles, algo muy útil tanto en el área de la medicina como en la industria alimentaria.
Aunque, sin lugar a duda, son nuestras residencias las que más se benefician de sus increíbles ventajas. Cero contaminación del exterior, ni olores extraños, nada de frío y niveles de humedad totalmente controlados. ¡Son todo beneficios! Y con la posibilidad añadida de poder abrir y cerrar, dependiendo de lo que necesites en cada caso.
Aquí tienes algunas de las aplicaciones y usos comunes de los cerramientos herméticos en construcción:
- Aislamiento Térmico: Los cerramientos herméticos, como ventanas y puertas selladas, se utilizan para minimizar la pérdida de calor en invierno y la entrada de calor en verano, mejorando la eficiencia energética de los edificios y reduciendo los costos de calefacción y refrigeración.
- Aislamiento Acústico: Los cerramientos herméticos ayudan a minimizar la entrada de ruido exterior, creando ambientes más tranquilos y confortables en edificios residenciales, comerciales e industriales.
- Protección contra la Humedad: En climas húmedos o en áreas propensas a la lluvia, los cerramientos herméticos evitan la entrada de agua y humedad en el interior de los edificios, lo que reduce el riesgo de daños estructurales y problemas de salud relacionados con el moho.
- Control de la Calidad del Aire: Los sellados herméticos permiten un mejor control de la calidad del aire interior al evitar la entrada de polvo, polen y contaminantes externos, lo que es especialmente importante en edificios comerciales, hospitales y laboratorios.
- Eficiencia Energética: La hermeticidad de los cerramientos es fundamental para la implementación de sistemas de climatización eficientes, como sistemas de ventilación controlada y recuperación de calor, que recirculan el aire interior y reducen la demanda de energía.
- Edificios Passivhaus: En edificios Passivhaus, se requiere un sellado hermético excepcional para alcanzar los estándares de eficiencia energética más altos, lo que incluye un intercambio de aire mínimo y un consumo de energía casi nulo. Aquí más información acerca de las casas pasivas.
- Confort Interior: Los cerramientos herméticos contribuyen al confort interior al mantener una temperatura constante, un nivel de humedad adecuado y un ambiente más silencioso.
- Eficiencia Energética y Certificaciones Sostenibles: Para obtener certificaciones de sostenibilidad, como LEED o BREEAM, se exige una hermeticidad adecuada en la envolvente del edificio como parte de los criterios de eficiencia energética y calidad ambiental interior. Aquí más información acerca de las certificaciones medioambientales
- Reducción de Costos Operativos: Los edificios con cerramientos herméticos suelen experimentar una disminución en los costos operativos a lo largo del tiempo debido a la menor necesidad de calefacción, refrigeración y mantenimiento.
- Prevención de Infiltración de Aire Contaminado: En entornos urbanos o industriales, los cerramientos herméticos ayudan a prevenir la entrada de contaminantes del aire exterior, lo que mejora la calidad del aire interior.
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