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Tipos de parcelas. Lo que debes saber

terreno parcelado

Cuando hablamos de una parcela, nos estamos refiriendo a una porción de terreno que está claramente delimitada. Es una forma de marcar su división, el tamaño que ocupa cada una de ellas y, en la gran mayoría de las ocasiones, también el uso que les vamos a dar. Comprender los diferentes tipos de parcelas es imprescindible para aquellos que trabajen en el mundo urbanístico, ¡y es interesante para todo el público en general! Así que hoy vamos a ahondar en este terreno, y vamos a analizar los diferentes tipos de parcelas que hay. 

Parcelas de cultivo 

Comenzamos hablando de las conocidas como parcelas de cultivo, que están, como su propio nombre indica, destinadas al cultivo de plantas. Estas pueden ser para uso industrial, para consumo humano o incluso para consumo animal, indistintamente. 

Hablamos de un tipo de superficie que puede tener una extensión variable, y que puede ser propiedad de una persona individual, de una empresa o incluso de comunidades. Eso sí, es crucial que tengan una buena calidad del suelo, una tierra en la que se pueda cultivar. También es importante la disponibilidad de agua, para hacer el trabajo más sencillo y eficiente.  

Parcelas urbanas 

Por otro lado, encontramos las conocidas como parcelas urbanas, que son áreas de tierra dentro de zonas que ya están urbanizadas. Estas se designan para su uso residencial, comercial o industrial, dependiendo principalmente de la persona o la empresa que lo haya adquirido. Eso sí, hablamos de un terreno que está sujeto a unas normas bastante estrictas de planificación urbana. Es necesario que estén conectadas a servicios públicos, como la electricidad, el agua e incluso el alcantarillado. 

Parcelas rústicas 

Las parcelas rústicas, conocidas también como rurales o incluso de campo, se encuentran fuera de las zonas urbanizadas que hemos mencionado antes. En este caso, hablamos de un uso diferente, ya que se suelen destinar a la agricultura o a la ganadería. En ocasiones, se busca únicamente la preservación natural de un paisaje concreto. 

Cuentan con menos regulaciones que las parcelas urbanas, aunque aún tienen. Y, en cuanto a la extensión, suele ser mayor. Aprende más acerca de los tipos de suelo rústico

Parcelas según tamaño 

Además de las clasificaciones que hemos visto hasta ahora, también podemos distinguir las parcelas según su extensión. En este caso, hablaríamos o bien de latifundio o bien de minifundio. 

Latifundio 

En primer lugar, un latifundio es una gran extensión de suelo que suele ser agrícola o rural, que pertenece o bien a un propietario o bien a una entidad concreta; es más, pueden estar gestionados o bien por el propietario o ser arrendados para su uso agrícola. Pueden llegar a abarcar hasta miles de hectáreas. 

Minifundio 

Por otro lado, encontramos los minifundios. En este caso, hablamos de un tipo de finca bastante más pequeño, algo que limita tanto su capacidad de producción como su rentabilidad. Normalmente, estos terrenos pertenecen a familias concretas. 

Parcelas según forma 

Junto al tamaño, también podemos diferenciar las parcelas por su forma: 

Regular 

Las parcelas que son regulares son aquellas que tienen una forma geométrica clara, como pudiera ser un cuadrado o un rectángulo. Esto hace que sean más fáciles de cultivar, debido sobre todo a su uniformidad. Además, suelen tener unos límites mucho mejor definidos. 

Irregular 

En contra, nos encontramos con las que tienen contornos que no son para nada uniformes, en ocasiones incluso con curvas. Estas parcelas se suelen deber, sobre todo, a divisiones históricas o incluso a límites naturales, como pudieran ser los ríos.  

Parcelas según límites 

Y, por último, llegamos a la división de parcelas según el tipo de límites que tienen. 

Parcelas abiertas 

Las parcelas abiertas son, como su propio nombre indica, las que tienen límites que se encuentran poco definidos, o que incluso los comparten con parcelas vecinas. Por desgracia, esto puede llevar hasta disputas. 

Parcelas cerradas 

Por otro lado, nos encontramos las que sí que tienen límites claramente definidos y delimitados. Esto hace que la propiedad quede bien limitada, y que sepamos en todo momento cuál es nuestro terreno y cuál es el de nuestros vecinos. 

Como habrás podido comprobar, los diferentes tipos de parcelas varían en función a su uso, su tamaño, sus límites e incluso su forma. Y el comprender esto nos hará sacarle el máximo partido a la tierra que poseemos, o hacer una compra mucho más acertada en un futuro.