La termoarcilla es un material de construcción que se está haciendo cada vez más y más conocido por las características térmicas y estructurales que tiene. Y es que es fácil de utilizar y de manejar, así como resistente. No solo trae consigo muchas ventajas, sino que también es interesante reseñar que la huella ecológica de esta termoarcilla es mucho menor que la de otros materiales usados de forma tradicional en la edificación. Sigue leyendo, porque te lo vamos a contar todo sobre ella.
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Qué es la termoarcilla
La termoarcilla se puede definir como un bloque cerámico que cuenta con una densidad baja, y que está hecho a base de arcilla. Es casi como si hablásemos de una cerámica aligerada, que combina esta arcilla con diferentes materiales con prestaciones termoaislantes; de esta manera, lo que hacen es crear un bloque, casi una especie de ladrillo. Normalmente, su tamaño es ligeramente superior al de los ladrillos tradicionales. Y su punto fuerte es que es un material que ofrece gran resistencia y, a la par, una eficiencia energética muy alta.
Como hemos señalado, este material de construcción es una mezcla de arcilla y otros materiales que sean termoaislantes, como pudiera ser la perlita o incluso la vermiculita. Partiendo de esta mezcla, se va creando una masa cerámica que se distribuye con forma de ladrillo; debe tener una forma geométrica específica, puesto que es la combinación de su forma con sus materiales lo que le otorga esa resistencia tan particular. Por ejemplo, puedes conseguir muros muy ligeros que, pese a su bajo grosor, cuenten con un increíble aislamiento tanto térmico como sonoro.
Es imprescindible que esta termoarcilla cuente con un gran número de perforaciones y agujeros. Esto no solo ayuda al proceso de manejo en sí del ladrillo, sino que también te permite mejorar el aislamiento de la vivienda. En verano permitirá disipar el calor, mientras que en invierno irá acumulando este calor y lo irá distribuyendo en los hogares de forma más o menos uniforme. Gracias a esto, te permitirá reducir el gasto energético. Aunque un poco más adelante hablaremos de todas sus ventajas, ¡que no son pocas!
Si bien es cierto que hay algunos materiales que pueden competir con la termoarcilla en cuanto a sus propiedades se refiere, ninguno es capaz de reunir todas sus cualidades. Y es que es uno de los materiales más recomendados cuando se busca el mejor aislamiento tanto térmico como acústico, así como el máximo confort en un bloque de viviendas. Ahora mismo, es considerado uno de los materiales más eficientes, y con razón.
Tipos de termoarcilla
Es importante señalar que hay diferentes tipos de termoarcilla, dependiendo un poco de la forma que tenga el ladrillo en sí, así como de la medida de los bloques. El optar entre un tipo u otro depende, especialmente, del uso que vayas a hacer del ladrillo. Porque aquellos destinados a muros exteriores necesitarán mayor grosor, para así proteger al máximo las viviendas. No obstante, los que se destinen a muros interiores podrían ser más delgados, para así ocupar menos espacio y permitir que haya más metros útiles en los hogares.
Ventajas
Como podrás imaginar, son muchas y variadas las ventajas de la termoarcilla en el mundo de la construcción. La primera de ellas, y una de las que más pesa a la hora de elegirlas, es que es fácil trabajar con este material y permite que el construir en sí sea bastante sencillo. A esto hay que sumarle que hablamos de un material con una gran resistencia estructural, en el que se puede confiar a la hora de construir edificaciones pesadas.
No solo eso, sino que suele traer consigo protección extra tanto contra incendios como para repeler el agua. Eso hará no solo que los edificios sean mucho más resistentes con respecto al agua de la lluvia, sino también ante problemas como incendios. Y, asimismo, hablamos de un material que da un buen aislamiento acústico. Te permitirá olvidarte de escuchar el televisor del vecino, o el ajetreo de coches de la calle, por ejemplo.
Aunque aquí no se acaban las ventajas, puesto que también hemos de tener en cuenta que reduce notablemente el gasto energético. Como hemos visto, se encarga de mantener tu vivienda aislada tanto del frío como del calor, algo que notarás en que tendrás que recurrir menos al aire acondicionado o a la calefacción. Es, sin duda, uno de nuestros mejores aliados en caso de apostar por la máxima eficiencia y por buscar reducir nuestro impacto ambiental.
¿Es mejor el ladrillo o la termoarcilla?
El elegir entre ladrillo tradicional o termoarcilla depende, sobre todo, de las necesidades que tenga el proyecto en sí. Hay ocasiones en las que el ladrillo es una de las mejores alternativas, sobre todo porque ofrece una gran resistencia estructural. Aunque es innegable que la termoarcilla destaca en cuanto a aislamiento térmico y eficiencia energética. Hay construcciones en las que se apuesta por una combinación de ambos, para así aprovechar al máximo las ventajas de los dos.
Aplicaciones de la termoarcilla
Como hemos señalado, la termoarcilla es muy útil en el ámbito de la construcción. Tanto para muros exteriores como para interiores, fachadas e incluso techos y suelos, puede ser una gran alternativa. Ayuda a mantener una temperatura constante, reduce la pérdida de calor y nos permitirá también aislarnos más del sonido exterior. Es un material versátil, eficiente y sostenible, de ahí que se esté haciendo cada vez más y más popular en las construcciones.