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Tipos de fachadas y sus características más importantes

fachada de un edificio

La fachada es crucial en cualquier edificación, y no solo por ser muy representativo a nivel visual. Además, actúa como barrera frente a los elementos climatológicos, con lo cual es crucial que sirva como aislamiento más allá de ser atractiva. Debe ser capaz de proteger cualquier edificio tanto de la luz del sol como de la nieve, la lluvia e incluso el viento. Y es precisamente por eso por lo que es muy importante conocer cuáles son las diferentes fachadas que se pueden hallar en el mercado, así como todas las ventajas y desventajas de su instalación. Sigue leyendo, ¡porque te lo vamos a contar todo! 

Fachada ligera 

Comencemos hablando de uno de los tipos de revestimiento más sencillos: la fachada ligera. Esta no forma parte de la estructura en sí del edificio, sino que va adherida a la misma. Esto implica que no mejora la estabilidad del bloque en sí, y tampoco ofrece un gran aislamiento térmico o acústico. Es un tipo de fachada muy común en la arquitectura contemporánea, su instalación es bastante sencilla y suele estar fabricada con materiales poco pesados, como el vidrio, el aluminio y el acero. 

Su principal ventaja es que, además de ser fácil de instalar, ofrece una inmensa versatilidad en lo que a diseños y configuraciones se refiere. Mas tiene su contrapunto negativo: como hemos señalado, no aísla bien. Por si esto no fuera suficiente, supone un mayor mantenimiento a largo plazo. 

Fachada panel 

Cuando hablamos de las fachadas panel, hablamos de aquellas que se ayudan de paneles prefabricados. Estos pueden estar hechos de materiales muy variados: hormigón, aluminio, acero… A nivel visual, son muy características porque se delimitan todos los paneles, puesto que cada uno de ellos es una zona independiente.  

Tienen una ventaja muy evidente: su instalación es extremadamente fácil y rápida, y permiten cubrir áreas muy amplias de forma uniforme. Además, suponen un ahorro económico en comparación con otro tipo de fachadas. Basta con instalar todos los paneles, encuadrándolos todos entre sí, para cubrir por completo la fachada. 

Pero también tienen sus desventajas: pueden deteriorarse con rapidez, especialmente si los materiales que se usan no son de buena calidad. Y, además, no ofrecen tantas oportunidades de diseño como sí que podrían ofrecer otro tipo de fachadas. 

Fachada prefabricada 

La fachada prefabricada ha ido ganando adeptos en estos últimos años, especialmente en construcciones de naves industriales. Para conseguir el cerramiento completo, se usan unos módulos previamente fabricados que en la obra se ensamblan por completo.  

Por supuesto, su principal ventaja es que son rápidos y fáciles de instalar. Además, a esto hay que añadirle que tienen un ahorro inicial muy alto, puesto que son más baratas que otro tipo de fachadas. Al fabricarse en un entorno controlado, se bajan los costos, los plazos de entrega y las posibilidades de errores. 

Pero sí que tienen una desventaja clara, y que en el caso de ciertas construcciones puede hacer que se descarten estas fachadas: no se pueden personalizar tanto. Es por eso por lo que se suelen destinar a naves industriales, superficies comerciales… Y no tanto a viviendas, donde su uso es bastante menos frecuente todavía. 

Fachada SATE 

Pasamos ahora a la conocida como fachada SATE, que se caracteriza por tener una capa de aislamiento térmico a la que se le suma un revestimiento añadido. Es una de las técnicas que más se utiliza cuando se busca maximizar la eficiencia energética, puesto que ayuda a reducir la pérdida de calor. No solo eso, sino que también protege frente a la humedad, consiguiendo estancias mucho más confortables y sostenibles. 

Su principal desventaja es que la instalación es más costosa, aunque habría que considerar el posterior ahorro a nivel energético. Además, requiere sí o sí un mantenimiento regular para conseguir que se mantenga en buen estado. 

Fachada tradicional 

Las fachadas tradicionales son las que más acostumbramos a ver hoy en día en las ciudades, y se conocen también como fachadas macizas. Estas se construyen con materiales sólidos, como piedra, ladrillo u hormigón. Son fachas muy resistentes tanto en el tiempo como a las diferentes condiciones climáticas. Además, tienden a ofrecer un buen aislamiento térmico y también acústico. Es cierto que su estética es clásica, pero esto puede ser tanto un punto positivo como uno negativo, dependiendo de quien lo analice. 

Cuenta con ciertas desventajas, como que su construcción es más costosa que el de otro tipo de fachadas. O que requiere más tiempo de trabajo, sobre todo si lo comparamos con fachadas panel o prefabricadas. 

Fachada ventilada 

Pasamos ahora a hablar de las conocidas como fachadas ventiladas. Estas crean una cámara de aire entre la propia pared exterior del edificio y su revestimiento, para así permitir que circule el aire. De esta manera, se obtiene un aislamiento que ayuda a regular la temperatura del interior del edificio y que, a la par, reduce la acumulación de la humedad. Gracias a eso, se obtienen edificaciones mucho más sostenibles, con una calidad del aire superior y un mantenimiento más bajo.  

Aunque no todo son ventajas: su instalación es más costosa y, a la par, más compleja que en otro tipo de fachadas. 

💡 En este post hablamos en profundidad de las fachadas ventiladas

Muro cortina 

Por último, no podemos olvidarnos de hablar del conocido como muro cortina. Esta fachada se compone de grandes paneles de vidrio que se suspenden en la parte exterior de la estructura del edificio. Para eso, se ayudan siempre de un complejo sistema de soporte. Es perfecta para edificaciones muy altas, puesto que permite obtener mucha luz. Mas es cierto que no es capaz de aislar bien ni a nivel térmico ni acústico, e incluso puede sufrir filtraciones de agua si su mantenimiento no es correcto. 

Elegir bien la fachada es crucial, y depende tanto del presupuesto del que se parta, de las condiciones climáticas que se den en esa zona concreta como de las preferencias estéticas que se puedan tener. Y, como sin duda ya habrás visto, todos los tipos de fachadas tienen tanto sus ventajas como sus desventajas, ¡así que se deben estudiar con calma! Porque pueden marcar por completo la diferencia en cualquier edificio. 

💡 Tipos de pladur