Para todas aquellas personas que buscan combinar el confort térmico con la sostenibilidad, no hay nada como apostar por una buena climatización del hogar. Porque si se dispone de un sistema capaz de mantener la temperatura adecuada durante todo el año, no solo estamos apostando por una mejora cualitativa de la calidad de vida, sino que también contribuimos al ahorro energético. A continuación, te vamos a hablar de lo importante que es implementar un buen sistema de climatización y, además, los diferentes tipos que hay ahora mismo.
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Importancia de la climatización en el confort del hogar
La climatización de un hogar es crucial si lo que queremos es conseguir un ambiente cómodo, independientemente de las condiciones climáticas que haya en el exterior. Un buen sistema de climatización no solo ayuda a regular la temperatura cuando hace mucho frío o mucho calor, sino que también nos ayuda a controlar la humedad y a mejorar la calidad del aire de la vivienda. Y esto es importante en todas las regiones, pero sobre todo en aquellas en las que hay cambios extremos de temperatura. Porque es en esos casos donde mantener un ambiente estable es crucial.
Cuando hablamos de lo que se conoce como confort térmico, este influye de forma directa en nuestra productividad, en nuestro descanso y, cómo no, en nuestra salud. Si nos encontramos en un clima frío, una vivienda que esté mal climatizada puede provocar problemas respiratorios y una gran cantidad de molestias físicas. En cambio, en las zonas calurosas podemos llegar a un estrés térmico y, en casos extremos, a una deshidratación. Además, por supuesto, de lo incómodo que es vivir mal en nuestro propio hogar.
Más allá de las ventajas que pueda tener para nosotros una buena climatización, es importante reseñar también que contribuye a una gran sostenibilidad ambiental. Porque reduce notablemente tanto el consumo energético como las emisiones de carbono.
Tipos de sistemas de climatización
Por suerte, ahora mismo existen una gran cantidad de sistemas de climatización que están especialmente diseñados para adaptarse a todas nuestras necesidades. Y, cómo no, a todo tipo de condiciones climáticas y presupuestos.
Aire acondicionado
El aire acondicionado es una de las opciones más populares, especialmente en zonas cálidas, puesto que es muy eficiente para enfriar espacios de forma relativamente rápida. Hay distintas modalidades: portátiles, split, sistemas centralizados… Y el optar por uno u otro dependerá tanto de las características de la vivienda en general como del presupuesto que queramos invertir.
Como dato adicional, el AC moderno suele traer consigo opciones de calefacción, convirtiéndose así en una solución bastante versátil para todo tipo de climas. Su mantenimiento es muy económico, pero es cierto que su eficiencia depende en buena medida del uso que hagamos de él.
Suelo radiante
El suelo radiante es uno de los métodos más novedosos, y uno de los más populares en las viviendas de nueva construcción. Se ayuda de tuberías o cables que se instalan bajo el suelo para calentar las habitaciones. Es sencillo: distribuye el calor de manera uniforme, y elimina las corrientes de aire frío. El confort térmico que ofrece es superior en todos los sentidos.
Además, hay distintas variantes: de agua o eléctricas. Las primeras son las más eficientes para aquellas viviendas que, además, tienen un sistema centrado de calefacción. Su instalación suele ser bastante costosa, pero es una gran alternativa para climas fríos. Asimismo, resulta muy eficiente en términos energéticos.
💡 Más información acerca del suelo radiante
Aerotermia
Pasamos ahora a hablar de la aerotermia, que es una tecnología moderna que se encarga de extraer la energía del aire exterior para generar o bien calor o bien frío. Este sistema usa bombas de calor, que son mucho más eficientes que los equipos tradicionales de calefacción eléctrica. Es una alternativa sostenible que, además, se puede combinar con otros sistemas, como el suelo radiante o radiadores de baja temperatura. De nuevo, estamos hablando de una inversión inicial que es costosa, pero que trae consigo un fuerte ahorro a largo plazo. Y, por supuesto, un bajo impacto ambiental.
Calefacción central
Es muy común en zonas frías. Se usa una caldera para calentar el agua, y esta se va distribuyendo a través de los radiadores. No solo es eficiente, sino que también se integra con los sistemas de agua caliente. Hay edificios en los que la temperatura es central, y otros en los que se hace de forma individualizada, por cada una de las viviendas.
Geotermia
Continuamos hablando de la geotermia, que lo que hace es aprovechar la energía que se encuentra en el subsuelo para o bien calentar o bien enfriar una vivienda mediante bombas de calor. Es un sistema eficiente, sostenible y muy duradero a largo plazo. Además, es innegable que el hecho de que use una fuente de energía renovable y constante es un plus.
Los costes iniciales de instalación son muy elevados, pero destaca por necesitar un bajo mantenimiento, algo que también supone un punto a su favor.
Ventilación mecánica controlada
En último lugar, hemos de hablar de un método que no es un sistema de climatización en sí mismo, sino que se complementa con otros sistemas. Lo que hace es renovar el aire interior, e ir regulando la humedad.
Factores para elegir el sistema de climatización adecuado
Seleccionar el sistema de climatización perfecto puede ser, por desgracia, complejo. Requiere tener en cuenta una gran cantidad de factores, entre los que destacan los siguientes:
- Clima y ubicación. La ciudad en la que te encuentres influirá de forma directa en la necesidad de calefacción o refrigeración que puedas tener. Por ejemplo, en climas fríos se apostará por suelo radiante o geotermia, mientras que en climas cálidos destacan el aire acondicionado o la aerotermia.
- Tipo de vivienda. El tamaño y la distribución de la vivienda nos marcan también qué sistema es mejor. Puede que en un apartamento pequeño un split sea la mejor opción, mientras que en las viviendas unifamiliares se apueste por un sistema centralizado.
- Eficiencia energética. Es crucial, tanto por el presupuesto que nosotros nos marquemos como por razones ambientales.
- Presupuesto. Sin duda, tanto el costo inicial como el mantenimiento deben ser tenidos en cuenta. Porque si bien es cierto que hay sistemas como la geotermia que implica una inversión alta al principio, el ahorro posterior en facturas energéticas puede compensar con el tiempo.
- Mantenimiento. Tanto la vida útil del sistema como lo fácil o complejo que sea su mantenimiento son factores clave a la hora de elegir.
Costos y eficiencia energética
Por último, no podemos dejar de hablar del hecho de que el coste de un sistema de climatización es crucial. Y no solo nos referimos a la instalación inicial, sino también los posteriores gastos de operación y de mantenimiento. Y, cómo no, la eficiencia energética que tiene este sistema posteriormente.
- Aire acondicionado. Su coste inicial es bajo, especialmente si hablamos de una versión portátil o de un split. Pero es cierto que, en muchas ocasiones, el consumo energético puede ser elevado, sobre todo en climas cálidos. En este caso, si se busca la mejor eficiencia energética, es interesante apostar por modelos con tecnología inverter.
- Suelo radiante y aerotermia. En este caso, encontramos una instalación costosa, pero con una eficiencia energética tal que es muy rentable a largo plazo.
- Geotermia. Los costos iniciales de este tipo de climatización son los más elevados, debido a que es necesario realizar perforaciones en el suelo. No obstante, es innegable que su eficiencia energética hace que sea una opción muy rentable a largo plazo, sobre todo para viviendas grandes.
- Calefacción central. Es económica de instalar, pero su eficiencia dependerá del tipo de caldera que se use.
Como consejo, debes saber que siempre se pueden instalar tecnologías complementarias, como paneles solares o sistemas de recuperación de calor. De esta manera, se puede maximizar la eficiencia de cualquier sistema.