Quizá no has escuchado hablar del término arquitectura Bauhaus, pero te podemos garantizar que has visto en más de una ocasión obras arquitectónicas que siguen esta influencia. Es un fenómeno tanto artístico como cultural que surgió en el siglo XX y que, hoy en día, continúa siendo una influencia dominante. Edificios sencillos, funcionales, sin demasiada decoración, con muchas líneas geométricas… Seguro que ya te ha venido alguno a la cabeza, especialmente si has visitado el famoso Pabellón de Alemania. Hoy te lo vamos a contar todo sobre este estilo, desde su origen hasta cómo reconocer este tipo de arquitectura, pasando también por sus obras más reconocidas.
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Origen y contexto histórico
La conocida como escuela Bauhaus se creó a principios del siglo pasado y, actualmente, continúa inspirando una inmensa cantidad de creaciones arquitectónicas. Nació como mucho más que un estilo arquitectónico: era un movimiento totalmente revolucionario, que traía consigo un enfoque estilístico totalmente rompedor.
Esta escuela fue fundada en 1919 por el arquitecto Walter Gropius, en Weimar, Alemania. Buscaba combinar disciplinas como la arquitectura, la artesanía, el arte visual y el diseño. Nació en pleno periodo de entreguerras, un momento en el que se buscaban cambios tanto sociales como políticos y culturales. Se quería romper por completo con el pasado, con las tradiciones, y así nació este estilo. La Bauhaus fue cambiando de sede, y si bien es cierto que al principio estuvo en Weimar, luego se trasladó a Dessau y, posteriormente, a Berlín. También contó con diferentes directores: Walter Gropius, Hannes Meyer y Ludwig Mies van der Rohe.
Contextualmente, nos encontramos en un momento de devastación absoluta tras la Primera Guerra Mundial, así como una República de Weimar que trajo consigo muchos cambios. Era, sin lugar a duda, el momento perfecto para experimentar. Y en plena efervescencia creativa, en un momento en el que Alemania buscaba su identidad como país, nació esta escuela. Se consideró un faro de modernidad, de progreso, una ruptura con lo anterior, y atrajo a una inmensa cantidad de artistas.
Principios fundamentales de la Bauhaus
Esta escuela se basaba en unos principios muy concretos. Buscaba integrar el arte con la tecnología y con la artesanía, para así crear obras totalmente diferentes. Y, además, se basaba en cuatro pilares:
- Funcionalidad. Se apostaba siempre por la simplicidad y por conseguir diseños que fueran altamente funcionales. Nada de ornamentación recargada que posteriormente no aportaba nada: líneas limpias, geométricas, prácticas y sencillas.
- Racionalidad y eficiencia. Estos eran los dos valores centrales de la conocida como filosofía Bauhaus. Se usaban materiales y técnicas de construcción modernas, con las que se optimizasen todos los diseños y se consiguiese siempre la máxima eficiencia.
- Experimentación. Dentro de esa funcionalidad y eficiencia, continuaba apostándose por experimentar con nuevas ideas y técnicas. Para eso, buscaba empujar a sus estudiantes a romper con todo lo anterior y hallar soluciones diferentes a todos aquellos problemas de diseño que podían surgir.
- Interdisciplinariedad. Bauhaus buscaba que las diferentes disciplinas colaborasen entre ellas: el arte, la arquitectura, el diseño industrial, la artesanía… Para así crear obras mucho más compactas e íntegras.
Características principales de esta arquitectura
Este tipo de arquitectura tiene unas características que hacen que sea bastante fácil de distinguir del resto. Todo se encuadra dentro de este enfoque minimalista que ya hemos mencionado, así como su uso de materiales y técnicas innovadoras y, cómo no, su búsqueda de la funcionalidad.
Hablamos de obras con formas geométricas bastante simples: cubos, rectángulos, líneas rectas; apostando siempre por la funcionalidad y esa racionalidad tan propia de esta escuela. Además, usaba materiales modernos, que hasta entonces quizá no se habían trabajado tanto, como el vidrio, el acero o el hormigón armado. Y, cómo no, aprovechaba al máximo las nuevas tecnologías.
Asimismo, se buscaba crear siempre espacios que fueran abiertos y flexibles. Sobre todo, se trataba de apostar por una disposición modular para así poder adaptarse mejor a los diferentes usos que se le pudiera dar al espacio. Y, por último, este tipo de arquitectura buscaba siempre integrar el interior de los edificios con el exterior. Para ello, se creaban grandes ventanales y terrazas, que sirvieran como punto de conexión.
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Obras icónicas
Son muchas las obras que, hoy en día, podemos encontrar con este tipo de arquitectura. Mas es cierto que hay tres que se consideran las más icónicas:
- La propia Escuela de la Bauhaus en Dessau, diseñada por Walter Gropius en 1925. Con su estructura modular, una inmensa fachada de vidrio y, además, una búsqueda de la funcionalidad al máximo.
- La Casa Schiemmer en Dessau, que fue diseñada en 1926 por el arquitecto Oskar Schiemmer. En este caso, hablamos de una vivienda unifamiliar minimalista, con formas geométricas muy sencillas y un uso muy innovador de materiales poco usados en ese momento, como eran el acero y el vidrio.
- La Casa Tugendhat en Brno, que fue diseñada por el propio Ludwig Mies van der Rohe. En este caso, se encuentra en la República Checa, y es uno de los ejemplos más reputados de este tipo de arquitectura moderna. Minimalista, hecha de acero y mármol, y con una impresionante conexión entre el exterior y el interior.
Influencia y legado
Es innegable la importancia que ha tenido la Bauhaus a posterior en el mundo tanto de la arquitectura como del diseño. Su enfoque en ámbitos como la funcionalidad, la racionalidad e incluso la experimentación con materiales, ha continuado inspirando a artistas de todo el mundo, tanto arquitectos como diseñadores. Es más, sentó las bases de lo que hoy conocemos como el movimiento moderno en la arquitectura, e influyó en personalidades como Le Corbusier, Frank Lloyd Wright y otros tantos que buscaron innovar y crear nuevas formas de expresión.
Sin lugar a duda, la Bauhaus es un hito en la historia tanto del diseño como de la arquitectura moderna. Y su influencia perdura hoy en día, tanto en construcciones públicas como en una inmensa cantidad de viviendas privadas.
