El policloruro de vinilo, también conocido como PVC, es uno de los polímeros más versátiles que puedes encontrar ahora mismo en el mercado. Y, además, también es uno de los más usados. Se inventó allá por el siglos XIX, comenzó a industrializarse en el siglo XX, y ha conseguido revolucionar por completo la industria de los plásticos. Esto se debe a que combina una resistencia increíble con una buena flexibilidad, así como una durabilidad excepcional. Y todo esto a un bajo costo. Hoy te vamos a contar qué es exactamente el PVC, los diferentes tipos que podrás encontrar y, además, para qué se usa. ¡No te lo pierdas!
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Qué es el PVC
El PVC es un polímero termoplástico que se fabrica a partir de la polimerización del cloruro de vinilo. Pese a que suene complejo, lo cierto es que es uno de los plásticos más antiguos que conocemos; fue sintetizado por primera vez en el año 1872, por el químico Eugen Baumann. Tuvimos que esperar aun cinco décadas, hasta 1920, para que se desarrollará un proceso que permitiera comercializarlo.
Lo que caracteriza a este policloruro de vinilo es que tiene un 56 % de cloro y un 44 % de carbono. Es decir, que tiene unas propiedades únicas frente a otro tipo de polímeros. No solo ofrece una gran calidad, sino también una alta resistencia al fuego, a los agentes químicos y una flexibilidad muy alta. Además, ofrece un buen aislamiento frente a las temperaturas.
Tipos de PVC
Existen, principalmente, dos tipos de PVC: rígido y flexible. A continuación, te vamos a contar qué es lo que distingue a cada uno de ellos.
- PVC rígido, conocido también como uPVC o PVC no plastificado. Se caracteriza, tal y como su nombre indica, por tener ningún tipo de plastificantes añadidos. Esto hace que sea muy duro y resistente, ideal para todas esas construcciones en las que se requiere cierta rigidez y durabilidad. Es decir, en tuberías, perfiles para ventanas, revestimientos… Uno de sus puntos fuertes es que tiene una alta resistencia a la corrosión, de ahí que se use mucho en sistemas de fontanería.
- PVC flexible. La diferencia entre este y el anterior es que con este sí que tenemos plastificantes, con lo cual aumenta tanto su elasticidad como su flexibilidad. Debido a esto, cambia su uso, puesto que suele utilizarse en aplicaciones donde la flexibilidad es obligatoria. Cables, mangueras, recubrimientos para suelos… Su alta capacidad para ser modelado y doblado es perfecto en este sentido.
Características y propiedades
El PVC es famoso por tener una serie de propiedades que son las que lo hacen adecuado para diferentes aplicaciones industriales y comerciales. Las más importantes son las siguientes:
- Durabilidad: su resistencia a la intemperie, a los productos químicos e incluso a la abrasión lo convierten en una de las mejores alternativas cuando se busca un bajo mantenimiento y una buena durabilidad.
- Resistente al fuego: al tener un alto contenido en cloro, es muy resistente al fuego. Es autoextinguible, lo que significa que cesa de arder en cuanto se retira la fuente de fuego. Eso lo convierte en un material muy seguro para todo tipo de instalaciones, sobre todo eléctricas.
- Económico: su precio es considerablemente más bajo que el de otros plásticos, así como de otro materiales de construcción. Y esto, aunado a su alta calidad y su durabilidad, lo convierten en una alternativa muy rentable.
- Versatilidad: puede ser moldeado y adaptado a una gran cantidad de formas, además de poder usarse en aplicaciones muy dispares.
- Sostenibilidad: es reciclable y, pese a que el proceso pueda ser complejo, hay tecnologías que permiten reciclarlo de forma efectiva.
Usos del PVC en construcción
Gracias a estas características de las que hemos hablado, el PVC ha encontrado una gran cantidad de usos dentro de la construcción. Por ejemplo, se puede usar para fabricar tuberías; estas son ligeras, muy fáciles de instalar y resistentes a la corrosión. De este modo, obtenemos sistemas de alta calidad para abastecer de agua potable las viviendas, e incluso para diseñar desagües.
Junto a esto, se usa mucho tanto en revestimientos como en conductos: paredes, suelos, techos, cables eléctricos… De nuevo, es debido a su durabilidad y a lo resistentes que son al fuego y a la humedad. También se usan como aislamiento por si solos, en espuma de PVC, puesto que proporciona una buena barrea frente al calor, al frío y al ruido.
Por último, se usa también en puertas y ventanas. Estos perfiles se caracterizan por ser muy ligeros, aislantes térmicos y también acústicos. Además, hablamos de puertas y de ventanas que son fáciles de mantener y ofrecen una vida útil muy alta. E incluso contribuyen a la eficiencia energética de los edificios.
💡 Tipos de ventanas más importantes
Alternativas al PVC
Si bien es cierto que el PCV es un material muy recomendable por su versatilidad y eficiencia, hay ciertas alternativas que se han popularizado en los últimos años. Todas han surgido por una preocupación sobre el impacto ambiental que pueda tener el uso del PVC. Y te vamos a mencionar a continuación las más llamativas:
- Polietileno, que se suele usar en aplicaciones muy similares al PVC. La principal diferencia es que este es más flexible, y cuenta con una resistencia química muy alta. Aunque es menos resistente al calor y a la intemperie.
- CPVC, o cloruro de de polivinilo clorado. Este es más resistente tanto al calor como a los productos químicos, y se suele usar en tuberías.
- Polipropileno, muy resistente tanto a los químicos como a la fatiga. De este modo, se convierte en una buena opción para revestimientos y, además, para sistemas de fontanería. Uno de sus puntos fuertes es que tiene un menor impacto ambiental tanto en su producción como en su reciclaje.
- Materiales naturales: para aquellos que busquen la máxima sostenibilidad, hay algunos materiales naturales que pueden ser alternativa al PVC. Como, por ejemplo, la madera o el bambú. Eso sí, suelen requerir un mantenimiento mucho mayor, así que esto es algo a considerar.
PVC y medioambiente
La producción de PVC involucra el uso de cloro, derivado del cloruro de sodio, y etileno, obtenido del petróleo o gas natural, lo cual genera subproductos tóxicos como dioxinas. Además, el PVC no es biodegradable, lo que contribuye a la acumulación de residuos plásticos en vertederos y en el entorno natural.
Por otro lado, la industria del PVC ha realizado esfuerzos para mitigar su impacto ambiental mediante el desarrollo de tecnologías de reciclaje y la adopción de prácticas de producción más sostenibles. El reciclaje de PVC puede reducir significativamente la cantidad de residuos plásticos y la demanda de materias primas vírgenes. Además, se están implementando iniciativas para mejorar la eficiencia energética en la producción de PVC y reducir la emisión de sustancias tóxicas. Aunque el PVC presenta desafíos ambientales, estos esfuerzos pueden ayudar a minimizar su huella ecológica y promover un uso más responsable y sostenible de este material.
