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Partes de un tejado. Secciones más importantes

tejado de un edificio

El tejado es uno de los elementos más importantes de toda construcción, puesto que protege el interior del edificio de las inclemencias del tiempo. Pero, en ocasiones, es uno de los grandes desconocidos. Hoy vamos a adentrarnos de lleno en la estructura del tejado, vamos a ver todas sus secciones e ir analizando qué función cumple cada una de ellas. Porque conocer las partes de un tejado puede ayudarnos no solo a entender su funcionamiento, sino también a realizar un mantenimiento adecuado. ¡Sigue leyendo!

Alero

El alero es la parte del tejado que sobresale por fuera de la pared del edificio. Y, es por lo tanto, una protección adicional tanto contra la lluvia como contra el sol. De este modo, hablamos de una doble función: evitar que el agua caiga directamente sobre las paredes, lo que podría acabar por causar humedad; y proporcionar sombra. Esto último es crucial en ciudades cálidas, puesto que ayuda a que la temperatura del interior se mantenga más baja incluso durante los meses más calurosos.

Además de tener funciones prácticas, también aporta un valor estético, puesto que se suele buscar que sea capaz de mejorar la apariencia exterior del edificio. Pueden variar tanto en longitud como en estilo, dependiendo tanto del diseño del edificio como de las condiciones climáticas de la zona. Porque hay regiones en las que, por ejemplo, se les da más pendiente para proporcionar una mayor cubierta frente a la lluvia o a la nieve.

Borde lateral

El borde lateral es esa zona en la que el tejado se encuentra con todas las paredes laterales de los edificios. Frente al alero frontal, este se encarga de recorrer todos los laterales del tejado. Su principal función es la de proteger estas paredes laterales y, de esta manera, canalizar el agua hacia los sistemas de drenaje, como pudieran ser las canaletas o los bajantes.

Tiende a ser menos pronunciado que el anterior, pero continúa siendo importante a modo de protección. En muchos diseños arquitectónicos, se suele incluso reforzar con chapas metálicas para garantizar esa protección contra el clima.

Buhardilla

Pasamos ahora a hablar de la buhardilla, que es una estructura que se añade al tejado y que, en este caso, se proyecta hacia fuera. De esta forma, permite aprovechar el espacio del interior, como si de un pequeño ático se tratara. Suele tener una ventana para, de este modo, permitir tanto la entrada de luz natural como la ventilación. Y, además de cumplir una función practica, también aportan un valor estético añadido al edificio.

Existen una gran cantidad de buhardillas diferentes, desde las que son más simples hasta otras mucho más elaboradas; la elección depende, sobre todo, del estilo arquitectónico del edificio y de las necesidades del constructor o del comprador.

Caballete

El caballete es la parte más alta del tejado, esa que se sitúa en la línea en la que se encuentran las dos vertientes principales del tejado. Normalmente, esta suele estar cubierta por tejas o chapas para proteger al máximo esta unión, y evitar así la entrada de agua o de otros elementos.

No solo tiene una función protectora, sino que también juega un papel importante en lo que se refiere a la ventilación del tejado. Porque permite que el aire circule y reduzca significativamente la acumulación tanto de calor como de humedad.

Cumbrera

Por otro lado, nos encontramos con la cumbrera, que es otro de los elementos superiores del tejado. Se refiere a esa línea horizontal donde se unen esas dos vertientes de las que hemos acabado de hablar. En ocasiones, se confunde incluso con caballete; no obstante, esta suele referirse a la pieza o teja que cubre este caballete. Es decir, el espacio donde se sella la unión por completo.

Faldón

El faldón es esa superficie inclinada que se extiende desde la cumbrera hasta los bordes del tejado. Es crucial, puesto que permite que tanto la lluvia como la nieve se deslicen hacia los bordes y, de este modo, sean drenadas por completo. Tanto el ángulo como la inclinación pueden variar, dependiendo tanto del clima de la región como del diseño arquitectónico que se busque conseguir. Lo más habitual es que, en zonas en las que nieve mucho, los faldones sean más inclinados para así evitar la acumulación de nieve y evitar que el techo colapse ante el peso.

Hastial

Pasamos ahora a hablar del hastial, que es esa pared triangular que se crea en los extremos de un tejado a dos aguas. Es decir, en el punto donde se unen las dos vertientes inclinadas. Esta pared puede estar completamente cerrada o incluir otros elementos arquitectónicos, como ventanas en el caso de las buhardillas. Se encarga, además, de proteger la estructura del edificio.

A nivel estético, cabe reseñar que es una parte destacada de la fachada del edificio.

Línea de máxima pendiente

La conocida como línea de máxima pendiente es una línea imaginaria que sigue la inclinación más pronunciada que se da en el tejado, desde la cumbrera hasta el alero. Es crucial para llevar a cabo el diseño y la construcción del tejado, puesto que determina la dirección del flujo del agua o de la nieve. Además, se usa para guiar la instalación de tejas, paneles u otros materiales de cobertura.

Limahoya

La limahoya es una de las partes más críticas de la construcción completa del tejado. Se sitúa en la intersección en la que se encuentran los dos faldones en ángulo, y forma un canal que recoge y dirige todo el agua hacia las canaletas o hacia los bajantes. Es una de las zonas más vulnerables del tejado, especialmente durante lluvias intensas. Normalmente, se suele reforzar con materiales impermeables, y es importante que se lleve a cabo un mantenimiento adecuado de esta.

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Limatesa

Por otro lado, encontramos la limares, que es la intersección convexa que forma la unión de los dos faldones. En este caso, no recoge el agua, sino que la dirige directamente a los faldones par que se desplace hacia los bordes del tejado. Normalmente, se cubre con tejas especiales o con chapas metálicas, para así proteger esta unión.

Lucernario

Por último, hemos de hablar del conocido como lucernario. Es esa parte del tejado que deja pasar luz natural al interior del edificio, y es muy útil en esos casos en los que las ventanas tradicionales no son suficientes para proporcionar la iluminación deseada. Por ejemplo, en salas de techos muy altos. No solo tienen una función práctica, sino también estética.

Son muchos los tipos de lucernarios que hay ahora mismo presentes en el mundo de la construcción, desde los más simples hasta otros mucho más complejos. La clave es que sea siempre un profesional el que lo instale, para asegurar que no haya problemas.

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