La eficiencia energética se ha convertido en una prioridad, especialmente en lo que a arquitectura sostenible se refiere. Y, dentro de esta, hay un concepto que es clave: la ventilación cruzada. Es una solución efectiva, sostenible y muy sencilla que busca no solo mejorar la eficiencia energética sino, a su vez, favorecer la renovación de aire y conseguir así un mayor confort para aquellos que viven en ese hogar. Hoy vamos a explorar qué es la ventilación cruzada, cuáles son sus beneficios y sus principios básicos. Y te garantizamos que es interesante.
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¿Qué es la ventilación cruzada y cómo funciona?
La ventilación cruzada es un sistema natural de intercambio de aire que se logra mediante la creación de un flujo de aire que atraviesa un espacio. De esa manera, lo que se consigue es promover el ingreso de aire fresco a la par que ese aire que ya está viciado va saliendo. Es un mecanismo que funciona gracias a que aprovecha la diferencia tanto de presión como de temperatura entre dos puntos de una vivienda. Normalmente, se genera por aberturas opuestas, como ventanas o puertas.
Es decir, que hablamos de un principio físico bastante sencillo: el aire se mueve de esas áreas que tienen más presión a otras que tienen menos. Para que esto suceda, es necesario contar con, al menos, dos aberturas ubicadas estratégicamente. Así, lo que se consigue es que el aire pueda fluir de forma constante. Además, hay factores que juegan un papel crucial en este sentido, como el viento exterior o la orientación de esas aberturas.
En términos más técnicos, estaríamos hablando de una renovación del aire interior. Esto contribuye a eliminar cualquier contaminante, regular la humedad y mantener una temperatura más confortable. Sobre todo, en climas que son muy cálidos.
Beneficios de la ventilación cruzada en viviendas
La implementación de este tipo de ventilación en las viviendas trae consigo muchas ventajas, que van desde una mejora de la salud hasta un considerable ahorro energético. Algunos de los más importantes son:
- Mejora de la calidad del aire interior: Como hemos explicado, ayuda a reducir la acumulación de contaminantes interiores, como el dióxido de carbono o algunos compuestos orgánicos volubles. Además, facilita la expulsión de olores y partículas que se encuentren suspendidas en el aire.
- Ahorro energético: Al aprovechar todas esas corrientes de aire naturales para regular la temperatura interior, la ventilación también reduce la necesidad de usar sistemas de climatización artificial, como pudieran ser aires acondicionados o calefactores.
- Confort térmico: Es clave encontrarse cómodos en el hogar, y esta ventilación cruzada lo permite. En climas que son muy cálidos, por ejemplo, hace que los espacios se enfríen de forma mucho más eficiente y crea un ambiente más confortable.
- Reducción de la humedad: Ese flujo de aire constante ayuda a reducir y controlar los niveles de humedad en el interior, previniendo así el moho, los hongos y otros problemas relacionados con la condensación.
- Sostenibilidad: No requiere energía mecánica, con lo cual hace que la vivienda sea mucho más sostenible. De esta manera, se alinea con los principios del diseño bioclimático.
Principios básicos para lograr una ventilación cruzada efectiva
A la hora de implementar una ventilación cruzada eficaz, es crucial tener en cuenta que hay algunos principios básicos que debes considerar. A continuación, te los vamos a resumir todos para que no tengas dudas al respecto:
- Ubicación de las aberturas: Para poder maximizar el flujo de aire, las ventanas, puertas u otras aberturas deben estar colocadas siempre en lados opuestos o adyacentes del edificio. La diferencia de presión entre ambas permitirá que el aire fluya de forma mucho más eficaz.
- Diferentes alturas: La creación de corrientes verticales puede ayudar a mejorar la ventilación cruzada. Por ejemplo, incorporar ventanas superiores (claraboyas) hace que el aire que tienda a acumularse en todas esas zonas altas se evacúe rápidamente.
- Orientación de la vivienda con respecto al viento predominante: Lo ideal es que las aberturas principales estén todas orientadas hacia la dirección del viento, para así aprovechar al máximo las corrientes de aire naturales.
- Evitar obstrucciones: Si colocamos muebles, podemos limitar ese flujo de aire. Lo mismo sucede con algunas paredes internas, u otros elementos que puedan bloquear las corrientes. En este sentido, es importante diseñar los interiores de forma que permitan el movimiento libre del aire entre aberturas.
- Tamaño de las ventanas: La relación entre el tamaño de estas y la entrada y salida del aire influye también en la eficiencia del sistema. Una apertura de entrada más grande y una de salida más pequeña puede hacer que aumente la velocidad del flujo del aire.
- Complementos arquitectónicos: Ventiladores de techo, persianas, rejillas en algunas zonas… Todos estos elementos pueden acabar por complementar la ventilación cruzada.
Ejemplos prácticos de ventilación cruzada
¿No has visto nunca un hogar con ventilación cruzada? ¡Seguramente sí, aunque puede que no te hayas dado cuenta! Va a depender mucho del diseño y de la ubicación de la vivienda. Por ejemplo, en una casa unifamiliar se puede lograr fácilmente al instalar ventanas en lados opuestos de las habitaciones principales. En un salón y en un dormitorio que se encuentran en posición norte y sur cada uno de ellos. Al mantener las ventanas y puertas abiertas, se consigue que el aire fluya libremente. Si, además, se instala una claraboya, ¡incluso mejor!
¿Y en pisos? Depende en buena medida de si tienen orientación hacia un solo lado o si es hacia dos distintos. Si únicamente tiene orientación a un lado, se puede crear un flujo de aire con ventilación en puertas internas, como rejillas.
En caso de que hablemos de una vivienda que tiene un patio interior, debes saber que este puede actuar casi como un pulmón natural, puesto que favorece la circulación del aire. Al abrir todas las ventanas o puertas que dan al patio, se crea un flujo constante y equilibrado de aire que resulta muy cómodo.