En más de una ocasión habrás escuchado hablar de la uralita, un material que ha sido usado durante décadas en el mundo de la construcción. Y que ahora, tras haber visto que su exposición y manipulación puede ser peligrosa, está comenzando a ser sustituido por otro tipo de materiales. Se usaba especialmente en cubiertas y tejados, pero debido al amianto que se encontraba en su composición, se ha procedido a su retirada por ser considerada un peligro para la salud pública. Sigue leyendo, porque te lo vamos a contar todo al respecto.
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¿Qué es la uralita?
La uralita es un material que está compuesto por fibrocemento; es decir, por una mezcla de cemento y de fibras minerales. Se hizo muy popular en el mundo de la construcción debido a que tenía un coste muy bajo, era resistente y, además, resultaba muy fácil tanto de instalar como de trabajar con ella. En realidad, el término en sí hacía referencia a una marca comercial, pero poco a poco fue considerado un concepto genérico para referirse a todos estos productos de fibrocemento que contenían amianto. Sí, tal y como lo lees: amianto.
Durante buena parte del siglo XX, se usó tanto en cubiertas como en tejados. Es más, podemos hablar incluso de un uso masivo. El amianto, del que por aquel entonces no se sabía el peligro que podía conllevar, ganó popularidad por algunas cualidades: era ligero, aislaba muy bien y, además, era extremadamente resistente a la corrosión. De esta manera, era perfecto para proteger las edificaciones de las inclemencias del clima. No se sabía, por desgracia, el riesgo que realmente suponía para la salud humana.
Origen y composición
El origen del uralita es más reciente de lo que pudiéramos imaginar, puesto que se remonta al siglo XIX. Fue entonces cuando se descubrió tanto el amianto como sus propiedades en el mundo de la construcción. Su resistencia al calor, al fuego y a los productos químicos lo hizo ser una opción muy interesante en las industrias. Fue en el año 1920 cuando comenzó a fabricar ese fibrocemento reforzado con amianto del que ya hemos hablado.
Gracias a combinar el cemento con esas fibras, lo que se conseguía era considerado casi un logro de la arquitectura y la ingeniería del momento. Un material barato, resistente y muy fácil de usar, tanto en tejados como en paneles, e incluso en tuberías.
El proceso de fabricación era sencillo, puesto que consistía en mezclar cemento con amianto. Las proporciones, eso sí, variaban dependiendo de las necesidades finales. Las fibras de amianto se dispersaban en la matriz de cemento, mejorando así su resistencia mecánica y su durabilidad. Pero esto también suponía un problema: cuando las láminas de uralita se rompen o envejecen, las fibras de amianto son liberadas al aire.
Usos tradicionales de la uralita en construcción
Hemos de remontarnos a un momento en el que no se era consciente de todas las enfermedades que el amianto puede traer consigo. En ese entonces, la uralita tenía una gran cantidad de usos en la construcción:
- Tejados y cubiertas: tanto de fábricas como de naves industriales e incluso viviendas. Su capacidad para soportar todas las condiciones climáticas adversas era un plus en este sentido.
- Paneles divisorios: en espacios industriales y agrícolas.
- Falsos techos: en el interior de algunas viviendas, se instalaban este tipo de cubiertas para conseguir un aislamiento tanto térmico como acústico.
- Paredes exteriores: era una excelente alternativa para las fachadas, debido a lo bien que resistía a la intemperie.
- Tuberías: gracias a su resistencia a la erosión, se usaba para fabricar tuberías de agua y de sistemas de drenaje.
El amianto en la uralita: riesgos para la salud
El principal componente problemático de la uralita es, como hemos señalado, el amianto. Esta fibra mineral, siempre y cuando esté intacta y encapsulada dentro del microcemento, no supone un problema. Pero en cuanto esta es liberada en el aire, se transforma en una amenaza bastante grave. Porque estas fibras de amianto son altamente tóxicas cuando se inhalan, ya que se depositan en los pulmones y provocan enfermedades respiratorias graves. Entre ellas, hablamos de:
- Asbestosis: provoca una cicatrización del tejido pulmonar y, con ello, dificultades respiratorias bastante graves a largo plazo.
- Mesotelioma: este es, en realidad, un tipo bastante raro de cáncer y, por desgracia, muy agresivo. Es una de las enfermedades más preocupantes, puesto que implica un daño al revestimiento de los pulmones, del abdomen o incluso del corazón.
- Cáncer de pulmón: es uno de los factores de riesgo más preocupantes para el desarrollo de este tipo de cáncer.
Lo peor de estas enfermedades es que, en muchos casos, no son instantáneas. Es más, pueden aparecer años o décadas después de la exposición inicial. En muchos casos, las personas que se encuentran afectadas ni siquiera han sido conscientes del riesgo que corrían, puesto que no sabían que vivían o trabajaban en edificios que contenían uralita.
Normativa sobre la uralita en España y su prohibición
Debido a los peligros que conlleva la uralita, tanto España como prácticamente todos los países, han implementado una normativa muy estricta sobre el uso y el manejo de estos materiales.
En España, el uso del amianto fue prohibido por completo en el año 2002, ordenando su sustitución inmediata por otros materiales. Desde ese momento, quedó prohibida la fabricación, comercialización y uso de cualquier material que tuviera amianto, incluyendo la uralita.
Además, en el Real Decreto 396/2006 se establecen todas las medidas que deben tomar aquellas empresas que vayan a trabajar con uralita. Deben estar registradas y cumplir siempre con las normativas de seguridad tanto laboral como medioambiental. Es indispensable que los trabajadores cuenten con equipos de protección y hayan recibido formación específica sobre los peligros del amianto.
Cómo se debe manejar y retirar la uralita de forma segura
La retirada de uralita es un proceso tan delicado como peligroso, y debe llevarse siempre a cabo por profesionales capacitados y con el equipo adecuado. Porque manipular este material sin precauciones puede hacer que las fibras de amianto se liberen en el aire, poniendo en riesgo la salud de todas las personas cercanas.
Algunos pasos cruciales en este sentido son:
- Inspección previa de la zona: para evaluar la cantidad de uralita y el estado en el que se encuentra.
- Uso de EPI (equipos de protección): incluyendo mascarillas con filtros especiales para amianto.
- Encapsulamiento del material: para evitar liberar fibras al aire.
- Desmontaje sin rotura: puesto que cualquier fisura puede hacer que se liberen las fibras.
- Transporte y eliminación: siempre en recipientes sellados y etiquetados para ser llevados a vertederos especializados en tratamientos de residuos.
Sobra decir que es labor de empresas autorizadas, y que deben cumplir con la normativa vigente para evitar daños. Si necesitas información acerca de este servicio, no dudes en contactar con MRS Constructores.