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Revestimientos ignífugos para viviendas: Materiales y normativa

revestimientos ignífugos en una nave industrial

La seguridad en el hogar debe ser siempre una prioridad, tanto para aquellos que lo habitan como para aquellos que construyen las viviendas. Y, dentro de asuntos de seguridad, la protección contra el fuego debe ser siempre una de las grandes prioridades. Porque un incendio no solo puede desarrollarse en cuestión de minutos, sino que puede propagarse rápidamente en menos tiempo del que imaginas. De ahí que haya materiales ignífugos concretos para aumentar la resistencia al fuego. Hoy queremos ahondar no solo en qué son, cuáles son sus tipos y todas las ventajas que traen consigo, sino también en la regulación que hay respecto a ellos.

¿Qué es un revestimiento ignífugo?

Una de las claves a la hora de prevenir incendios es el revestimiento ignífugo, que es un material que se puede aplicar sobre algunos materiales (estos pueden ser estructurales, de acabado o incluso decorativos) y cuyo objetivo es retrasar la propagación del fuego. Es más, muchos de ellos ayudan también a reducir considerablemente los efectos del calor durante el incendio. No tienen como objetivo principal evitar que el fuego aparezca, sino confinarlo, hacer que su avance se ralentice e ir protegiendo todos los elementos de la vivienda durante un periodo de tiempo.

Lo normal es que estos revestimientos se apliquen sobre muros, techos o elementos de madera, además de estructuras metálicas. En ocasiones, se encuentran incluso preparados en paneles ignífugos. Son una buena ayuda, puesto que actúan como una barrera que mejora la resistencia de los materiales al calor. Es decir, que permite que el edificio se mantenga intacto durante un tiempo más largo y, de este modo, hace que la evacuación pueda tener algo más de margen.

Es clave tener en cuenta que la eficiencia de un revestimiento ignífugo se mide siempre en función de su clasificación al fuego. Es esta la que determina cuánto tiempo puede resistir la acción directa del incendio sin terminar de colapsar.

Tipos de materiales ignífugos en construcción

Ahora mismo, se pueden encontrar una gran cantidad de materiales ignífugos. Cada uno de ellos cuenta con unas propiedades y unas aplicaciones dispares, con lo cual es interesante conocerlos para así ver cuál puede encajar mejor o peor.

Pinturas intumescentes

Comenzamos hablando de uno de los más comunes, como son las pinturas intumescentes. Son unos revestimientos especiales que al verse expuestos al calor, lo que hacen es expandirse y formar una especie de espuma. Y la particularidad de esta es que tienen una conductividad térmica muy baja. Gracias a eso, es capaz de crear una capa aislante que protege al resto de materiales.

Es cómodo, puesto que se puede aplicar como si de una pintura convencional se tratara. De este modo, su aplicación es sencilla, su estética es discreta y, además, es compatible con una gran cantidad de acabados. Aunque es cierto que requiere que sea un experto el que lo aplique, puesto que las capas deben estar bien calibradas.

Morteros ignífugos

Los morteros ignífugos son una mezcla de cemento, áridos ligeros y otros aditivos, que deben ser siempre resistentes al fuego. En este caso, se aplican mediante proyección, y se suelen restringir a elementos estructurales. Es necesario contar con una máquina especial, y la superficie debe haber sido previamente preparada. A cambio, ofrece una alta resistencia térmica y una durabilidad increíble. La única desventaja que trae consigo es que es bastante espeso, y que el acabado puede ser rugoso, además de requerir sí o sí una mano de obra especializada.

Paneles de yeso resistentes al fuego

Pasamos ahora a hablar de los paneles de yeso ignífugos, que se dividen en dos tipos: F o RF. Se conoce también como yeso cortafuego, y contiene fibras de vidrio y otros aditivos que lo que hacen es aumentar notablemente la resistencia del yeso frente a las altas temperaturas. Su aplicación requiere de una instalación, normalmente como revestimiento, y es bastante rápida. Además, cuenta con la ventaja de ofrecer una superficie lisa que posteriormente se puede manipular, y una gran relación calidad precio. Se suele usar en interiores de viviendas, en falsos techos o incluso para separar las estancias. La única desventaja que ofrece con respecto a otros materiales es que dispone de una menor resistencia estructural y que debe ser tratado frente a la humedad.

Recubrimientos cerámicos

Por último, hemos de hablar de un clásico: los revestimientos cerámicos, hechos casi siempre con azulejos o con baldosas. Estos aportan una gran resistencia al fuego, puesto que la cerámica es un material incombustible. Y, además, permiten aportar una estética totalmente única a las estancias. Se aplican pegados o bien sobre el muro o bien sobre el suelo, normalmente en estancias como cocinas, baños o fachadas. Su principal ventaja, además de la estética, es la increíble durabilidad que ofrecen y su alta resistencia a altas temperaturas. Pero has de tener siempre en cuenta que no son estructurales, sino un complemento.

Ventajas y desventajas de estos revestimientos

La instalación de este tipo de revestimientos ignífugos trae consigo una gran cantidad de beneficios, aunque los más relevantes son los siguientes:

  • Mayor seguridad frente a incendios, puesto que aumentan el tiempo de reacción. Y, además, hacen que las condiciones de evacuación mejoren.
  • Obtención de la certificación necesaria para cumplir la normativa del Código Técnico de la Edificación.
  • Protección estructural, especialmente en vigas y pilares. Porque ayudan a evitar el colapso rápido de la edificación, evitando así desgracias mayores.
  • Compatibilidad a nivel estético. Existen una gran cantidad de soluciones dispares que son compatibles con el diseño interior, desde las pinturas intumescentes hasta los paneles de yeso cortafuegos totalmente personalizados.
  • Valor añadido, algo crucial de cara a la venta de un inmueble. Mejora notablemente la imagen que el comprador tiene de la vivienda, algo que puede marcar la diferencia.

¿Y qué desventajas puede tener?, puede ser la siguiente pregunta. Sobre todo, el incremento del coste de los materiales y la necesidad de llevar a cabo una instalación especializada. Además, es cierto que hace falta llevar a cabo revisiones periódicas, y que puede haber ciertas limitaciones en los materiales.

Normativa vigente sobre protección contra incendios

La instalación de este tipo de revestimientos no solo tiene que ver con criterios de seguridad, sino que va un paso más allá y tiene que ver con el cumplimiento legal de todas las normativas existentes en España. Una de las más interesantes es el conocido como Código Técnico de la Edificación, que ya hemos mencionado anteriormente. En su Documento Básico de Seguridad en caso de Incendio (DB-SI), se establecen ciertas condiciones que se deben cumplir en cuanto a los siguientes puntos básicos:

  • La resistencia al fuego de los elementos estructurales usados.
  • La reacción a este de todos los materiales de revestimiento.
  • La necesidad de realizar una compartimentación del fuego.
  • La evacuación de las personas y, además, la accesibilidad de los servicios de emergencia.

Además, todos los materiales deben estar clasificados según la norma UNE-EN 13501-1, que se encarga de categorizarlos en función de cómo reaccionan al fuego. A esto hay que añadirle que se deben tener en cuenta las normativas UNE y, cómo no, las que hayan marcado cada una de las comunidades autónomas al respecto.