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Radón ¿Qué es y por qué es importante?

suelo con radón

El radón es un gas muy peligroso para la salud humana, puesto que está muy relacionado con ciertos tipos de cáncer. Además, es especialmente peligroso porque es incoloro, inodoro e insípido. Y su exposición prolongada, o en una alta concentración, puede hacer que las personas enfermen gravemente. Si no sabías lo que era este gas, sigue leyendo porque te lo vamos a contar todo sobre él: qué es, de dónde proviene y cuáles son los efectos que puede tener. ¡No te lo vas a querer perder!

Qué es el radón

A nivel químico, debes saber que el radón es un elemento cuyo símbolo es Rn y cuyo número atómico es 86. Es un gas noble; esto quiere decir que, en condiciones normales, es inerte. Además, se encuentra en el grupo 18 de la tabla periódica. Este gas se forma a través del proceso de descomposición radioactiva del uranio, que se puede encontrar de manera natural en pequeñas cantidades en suelo, rocas y agua.

Si bien es cierto que no hay ningún problema con el radón en el aire libre, en espacios cerrados puede llegar a acumularse en niveles peligrosos que pongan en riesgo la salud humana. Además, su esperanza de vida es lo suficientemente alta como para poder acumularse en espacios cerrados antes de descomponerse. El radón-222, por ejemplo, aguanta entre tres y cuatro días.

Como curiosidad, el radón fue descubierto en el siglo XX por el físico alemán Friedrich Ernst Dorn. Desde entonces, ha sido objeto de muchos estudios debido a sus propiedades radioactivas y, además, por el riesgo que implica para la salud.

De dónde proviene y cómo se forma

El radón se forma de manera natural en la corteza terrestre. Este se forma tras la descomposición del uranio, que se descompone primero en radio-226 y, posteriormente, en radón-222. Realmente, este proceso forma parte de una gran cadena de desintegración con múltiples etapas.

El uranio es común en muchas rocas y suelos alrededor de todo el mundo. Y si bien es cierto que, al aire libre, no supone un problema porque se diluye, sí lo es en espacios cerrados. Viviendas, edificios, oficinas… Puede acumularse hasta llegar a niveles preocupantes. Lo hace a través de diferentes vías:

  1. Fisuras en los cimientos, que pueden propiciar la entrada de radón.
  2. Juntas entre suelos y paredes que no estén bien sellados.
  3. Espacios alrededor de las tuberías.
  4. Pozos de agua, a través de los propios suministros.

Efectos del radón en la salud

Según informan tanto la Organización Mundial de la Salud como la Agencia de Protección Ambiental de los Estados Unidos, el radón es la segunda causa de cáncer de pulmón tras el tabaco. Y, además, es la principal entre todos aquellos que no son fumadores.

La inhalación de radón y de sus productos en descomposición puede dañar gravemente el tejido pulmonar, aumentando así el riesgo de cáncer. Estos productos en descomposición del radón son partículas muy finas, radioactivas, que se adhieren a las partículas de polvo en el aire. Y eso hace que puedan ser inhaladas fácilmente. Una vez que se encuentran dentro de los pulmones, estas partículas emiten radiación y dañan las células.

Son muchas las variables que hacen que el riesgo de cáncer aumente o no debido a la exposición al radón. El nivel de radón, el tiempo de exposición, o que el individuo sea fumador, por ejemplo.

Métodos para medir la presencia de radón

Por suerte, hay ciertas formas de medir la presencia de radón en interiores. Porque, recordemos: no se ve y no se puede oler, con lo cual no nos bastan nuestros sentidos. Los métodos más óptimos son los siguientes:

  • Detectores de carbón activado: son dispositivos pasivos que van acumulando radón. Cuando pasa un periodo de tiempo, se analiza para ver qué es lo que se ha obtenido.
  • Detectores alfa de trazas: son similares a los anteriores en funcionamiento, pero requieren un tiempo de exposición muy alto, de entre tres meses y un año.
  • Detectores electrónicos: son mucho más costosos que los anteriores, pero te permiten recibir mediciones continuas en tiempo real. Además, permiten ver las fluctuaciones a lo largo del tiempo.

Lo más recomendable es apostar por mediciones a largo plazo, puesto que así se podrán ver las fluctuaciones y obtener una evaluación mucho más precisa, así como tener un control completo. Los niveles pueden variar tanto a diario como dependiendo de las estaciones.

Límites de seguridad

Hay normas muy estrictas que marcan los límites de seguridad para los niveles de radón. Pero es cierto que los límites varían dependiendo de la organización y del país.

Por ejemplo, la Unión Europea sugiere que a partir de los 300 Bq/m³, se tienen que llevar a cabo medidas para rebajar los niveles de radón. Además, los edificios nuevos deben adoptar medidas preventivas para que estos niveles estén siempre por debajo de los 200 Bq/m³.

La OMS tiene un nivel de referencia más bajo, de 100 Bq/m³, mientras que la EPA cree que los niveles de mitigación deben ser llevados a cabo cuando se exceda un nivel de 4 pCi/L.

Técnicas de mitigación para reducir los niveles de radón

¿Cuáles son esas técnicas de mitigación?, puede que te estés preguntando. Hay diferentes, y se aplican unas u otras dependiendo del tipo de problema, de la magnitud y, además, de la estructura del edificio.

Por ejemplo, es crucial sellar tanto las grietas como las aberturas en los cimientos. Porque todas estas pueden hacer que haya una entrada alta de radón. No es un método que sea suficiente por sí solo, pero es importante. A esto, habría que añadir aumentar la ventilación de todos los espacios subterráneos y de las casas en general. Como, por ejemplo, instalar ventiladores o sistemas de ventilación adicionales. Sobre todo, en el caso de zonas subterráneas.

Además, también son interesantes los intercambiadores de aire de calor. Estos se encargan de permitir la entrada de aire fresco y van sacando el aire interior, manteniendo la eficiencia energética del hogar a la par que reducen los niveles de radón.

Lo ideal es combinar técnicas, para así bajar los valores de radón a niveles seguros. Y, en caso de que se hayan detectado niveles muy altos, lo mejor es contactar con personal especializado que sepa cómo actuar.